domingo, 5 de mayo de 2013

Dadaismo

¿Cuándo?
En un periodo de frenética imaginación creativa -los primeros veinte años del siglo XX- nace, concretamente, entre 1915 y 1917, el movimiento dadaísta. Tanto el futurismo como el expresionismo, el surrealismo y las otras tendencias de nuestro siglo representan, más que una actitud deliberada, la expresión de una forma particular del ser, de reaccionar frente la experiencia vital. Entre estos movimientos el dadaísmo es el que reacciona de manera más violenta y extremista, cuestionando todos los valores estéticos y éticos tradicionales que, según los criterios de sus militantes, habían llevado a la civilización occidental a la barbarie y al horror de la primera guerra mundial.
Los dadaístas consideraban el arte como el sostén de una sociedad burguesa lanzada al fracaso y le daban la culpa de no haberla dirigido a mejor fin. Es fácil suponer la repercusión de estas afirmaciones en una sociedad que, heredera de los conceptos románticos, consideraba el artista como un ser singular, privilegiado y dotado de facultades poco comunes. Para el dadaísmo, el artista era un hombre sin ningún tipo de aptitudes especiales y era necesario considerarlo como tal.
El dadaismo surge como el producto de la desilusión de la Primera Guerra Mundial, de la derrota y de la carnicería tan espantosa que hubo. Pensaban que la civilización que había producido esos horrores debía ser barrida y comenzar otra nueva. Es un movimiento nihilista que desconfía del orden y de la razón. Produjo un "antiarte" basado en cosas carentes de sentido, en aras del absurdo humor amargo.

¿Qué?
      Trasgresión de las normas sociales y tradiciones estéticas
      Nihilismo, esto es, negación absoluta. No hay verdades eternas o indiscutibles
      Libertad del subconsciente en la creación
      Rechazo a los modelos establecidos
      El dadaísmo se lanza contra los fundamentos mismos del pensamiento, poniendo en duda el lenguaje, la coherencia y las formas de expresión artísticas de entonces. Las palabras se convierten en gritos y aullidos; se prefieren los objetos encontrados casualmente, los desechos. Se rompen todas las reglas con la idea de “empezar de nuevo”.
      El movimiento integra poetas, escritores, pintores y músicos
      Medios de expresión irónico-satíricos, a través del gesto, el escándalo, la provocación.
      El dadaísmo, más que constituir un movimiento artístico concreto, trata de reflejar una disposición particular del espíritu, representa una negación intelectual violenta, un acto extremo de antidogmatismo, por lo que se vale de cualquier medio para llevar adelante su batalla. Más que la obra, es el gesto lo que interesa a los dadaístas, gesto que va más allá de los puros canales de expresión artística para manifestarse en la política, en las costumbres, en la misma sociedad, siempre que este gesto sea entendido como provocación contra el sentido común, la moral, la ley y cualquier normativa u ortodoxia. De aquí que el escándalo fuera el instrumento preferido para hacer públicas sus acciones. El dadaísmo va más allá del puro significado o la simple noción de un movimiento artístico para llegar a proponer una forma de vivir.

Sin duda, Dadá consiguió provocar escándalo, pero en el aspecto positivo, y como muchos de los demás movimientos, hizo que la gente mirara las imágenes de una manera distinta.
Las pinturas y los objetos Dadá obligaban al observador a poner en tela de juicio las realidades aceptadas y a reconocer el papel del azar y de la imaginación

¿Cómo?
Técnicas:
      Se distingue por la inclinación hacia lo incierto, a lo terrorífico y a lo fantasioso. busca renovar la expresión mediante el empleo de materiales inusuales o menajeando planos de pensamientos antes no mezclables y tiene una tónica general de rebeldía o destrucción.
      Collages y fotomontajes realizados con papel usado y otros materiales similares.
      El artista francés Marcel Duchamp expuso como obras de arte productos comerciales corrientes- un secador de botellas y un urinario - a los que denominó ready - mades.
      Aunque los dadaístas utilizaron técnicas revolucionarias, sus ideas contra las normas se basaban en una profunda creencia, derivada de la tradición romántica, en la bondad intrínseca de la humanidad cuando no ha sido corrompida por la sociedad.
      Utilizaban nuevos materiales, como los de desecho encontrados en la calle, y nuevos métodos, como la inclusión del azar para determinar los elementos de las obras

¿Quién?
Marcel Duchamp, artista francés nacionalizado estadounidense. El más joven de seis hermanos, cuatro de los cuales seguirían así mismo la carrera artística (de ellos fueron especialmente notorios los dos mayores, Jacques y Raymond), recaló en París a la edad de diecisiete años. En su faceta como pintor, que hubo de simultanear con el trabajo de caricaturista, pasó rápidamente por todas las tendencias artísticas en boga –impresionismo, postimpresionismo, fauvismo, cubismo– sin comprometerse con ninguna; este afán experimentador e inquieto iba a ser una de las constantes de su fecunda trayectoria.


‘El gran cristal’, 1918. Aprovecha las cualidades que le ofrece el cristal, la transparencia concretamente. Pero estas obras no son meras obras estéticas. Son una reflexión: el cristal se presenta como una pantalla de proyección, a través de la cual se ve no solo lo que contiene sino lo que está detrás.  Pero al mismo tiempo como una barrera que impide el paso entre dos espacios. En el centro del cristal incorpora diferentes elementos, incongruentes entre sí, diferentes materiales, en los que lo que no rige es la lógica. Ni desde el punto de vista iconográfico, ni formal. A consecuencia de  un golpe, el cristal se fracciono. El azar, ese hecho fortuito, fue para Duchamp el punto final de la obra.
Vemos que reproduce figuras geométricas en diferentes perspectivas (pirámides, círculos, poliedros…). Pero la aportación más importe al dadaísmo son los Ready mades. Son objetos de uso cotidiano, generalmente fabricados de forma industrializada, elevados a la categoría de obra de arte por voluntad del artista. Concepto nuevo de la voluntad del autor. El dadaísmo se plantea quien es el que marca la obra de arte.

Sitografía

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